As?? qued?? detallado en una serie de cables secretos que difundi?? Wikileaks. Seg??n los datos publicados, la inquietud comprendi?? la actuaci??n de la Secretaria de Estado de Bush, Condoleezza Rice.La poderosa secretaria de Estado de George W. Bush, Condoleezza Rice, se involucr?? en las negociaciones bilaterales para buscar una salida.
Seg??n el relato period??stico, Rice lleg?? a transmitirle a Buenos Aires que estaba preocupada por los planes de la Comisi??n Nacional de Actividades Espaciales (Conae) y reclam?? que los inspectores norteamericanos tuvieran acceso irrestricto a las instalaciones del proyecto para verificar cu??les eran sus verdaderos fines.
Seg??n los datos dados a conocer, las exigencias continuaron con el gobierno de Barack Obama y «s??lo se apaciguaron a partir de las garant??as que ofreci?? el titular de la Conae, Conrado Varotto, que se convirti?? en el interlocutor directo con Washington y demostr?? los fines pac??ficos del proyecto Tronador».
Tronador es el nombre del plan con el que Argentina prepara un lanzador propio de sat??lites en base a combustible l??quido, lejos de las ambiciones militares del C??ndor, desactivado en 1993 por presi??n de la Casa Blanca.
Diecis??is a??os despu??s de aquel cortocircuito, las negociaciones estuvieron cerca de fracasar a ra??z de un proyecto paralelo que, en las mismas instalaciones de Falda del Carmen y con algunas de las m??quinas de la Conae, promovi?? el ministro de Planificaci??n Federal, Julio De Vido.
Las primeras se??ales de alarma se hab??an encendido en septiembre de 2007, cuando el entonces embajador, Earl Anthony Wayne, alert?? que hab??a visitado la Conae y Varotto le hab??a informado que planeaban desarrollar el Tronador y que estaba dispuesto a «subirse a un avi??n, esta noche», rumbo a Washington para ofrecer las garant??as necesarias.
Ya con Cristina Kirchner en la Casa Rosada y con el caso Antonini en ebullici??n, Wayne reforz?? su sugerencia en otro cable de febrero de 2008. Sin vueltas, recomend?? «un cambio de pol??tica» ante la iniciativa de la Conae. Y que de la queja por la violaci??n de la promesa argentina en 1992 se pasara a «una posici??n neutral».
Tres meses despu??s, la respuesta lleg?? de la c??spide de Washington, con la firma de Rice. Le pidi?? a Wayne que les transmitiera a los argentinos que «Estados Unidos no apoya» su plan, pero que dado que la Conae pensaba avanzar igual y para no generar m??s rispideces bilaterales, s??lo pedir??an «transparencia total», lo que en la pr??ctica implicaba visitas a la planta y acceso a los planes, directivos, cient??ficos y materiales, lo que qued?? plasmado en tres cables de Wayne, en mayo, junio y agosto de ese a??o.
Rice volvi?? a la carga en enero de 2009, d??as antes de que Bush cediera la Casa Blanca a Obama y d??as antes, tambi??n, de la reuni??n formal prevista en Washington. El riesgo se evapor?? cuando, tras una sorda puja entre Taiana, De Vido y Garr??, la Casa Rosada terci?? a favor de la Conae. A diferencia del C??ndor, el Tronador sigue vivo.