Arranc?? el carnaval en San Telmo

Desde el pasado s??bado y hasta fines de febrero, los fines de semana y feriados el peculiar barrio porte??o alegra a los vecinos con sus murgas y colores para celebrar el carnaval.

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El fin de semana comenzaron en San Telmo los Festejos Carnaval Porte??o, y vecinos y turistas pueden disfrutar de la m??sica, el color de diferentes murgas y comparsas, y muchos espect??culos.

Como consecuencia Av. Independencia entre Chacabuco y Piedras estar?? cerrada al tr??nsito. Esto ocurre de 17 a 03 horas, ??todos los fines de semana de febrero y el lunes 27 y martes 28 de febrero.

Un poco de historia:

El comienzo de las murgas en la ciudad
A partir de la expansi??n de la ciudad hacia sus arrabales, en los a??os ’20, comienza a cobrar cada vez mayor importancia un nuevo componente en las relaciones de identidad en torno al carnaval: los barrios. Hasta esos a??os los distintos grupos ??tnicos, tanto africanos como europeos o criollos, centraban su locaci??n y sus actividades en barrios distintos: los negros en San Telmo y Monserrat; los italianos en La Boca; los jud??os al sur de Palermo; los ??rabes en el Once, etc??tera. Pero, como dice Alicia Mart??n, ???estos grupos fueron evolucionando hacia nuevas formas de hibridaci??n cultural. Las agrupaciones de carnaval, antes fundadas sobre fuertes lazos ??tnicos, pasaron a organizarse seg??n los nuevos lazos de vecindad en los barrios???.

En los barrios nace una nueva forma de agrupaci??n: la murga, conjunto de alrededor de quince o veinte muchachos, amigos del barrio, que se reun??an para salir en carnaval a cantar por las calles canciones picarescas acompa??ados por instrumentos caseros: tambores hechos con ollas, maracas, etc??tera. La barra de la esquina, m??s que el barrio, funciona como factor de identidad de las primeras murgas. Los nombres ya no incluyen el nombre de la etnia ni el de la colectividad de pertenencia; y todav??a no incluyen el nombre del barrio. El nombre, s?? ten??a la marca de la picard??a y del doble sentido, motivaci??n esencial de su repertorio de canciones: ???Salamin senza piolita???, ???Los Amantes de la casta??a???, ??? Los Amantes de las chicas bien???, ???Los Farristas???. La vestimenta tambi??n era casera, com??nmente levitas confeccionadas en tela de arpillera o directamente disfrazados.

El contacto con los otros tipos de agrupaciones que continuaban existiendo, como las de colectividades o de negros, y con las nuevas comparsas, como ???La Marina del Plata??? que imitaba un desfile militar de marinos, fue nutriendo a las murgas con otros componentes, con otras simbolog??as.

La murga adopta como instrumento de percusi??n el bombo con platillo que hab??an tra??do los inmigrantes espa??oles. Este instrumento va a tener gran importancia en la murga porte??a y ser??, en d??cadas posteriores, factor de identidad. Se incorporan tambi??n instrumentos de viento, as?? como el bandone??n y el acorde??n. De las comparsas y agrupaciones de inmigrantes, la murga toma la confecci??n de trajes con mayor dedicaci??n; se conserva la forma levita, pero realizada en g??neros brillantes (raso y sat??n) y se deshecha la tela de arpillera. El nombre es inscripto en un estandarte que va encabezando el desfile de la murga. El desfile es sacado de las comparsas, las cuales lo hab??an incorporado como parodia de los desfiles de bandas musicales o militares. Los ritmos y pasos de baile para el desfile surgieron de la mezcla entre los ya nombrados desfiles de bandas con los pasos y ritmos de los negros (candombe, rumba, milonga, etc.). Las canciones, el repertorio, cada vez m??s, fueron siendo parodias de canciones populares: a partir de la m??sica de canciones masivamente reconocibles se compon??a una letra, com??nmente en doble sentido. Se incorporaron tambi??n las llamadas fantas??as: banderas, grandes abanicos, representaciones de s??mbolos ligados al carnaval o al juego (dados), cabezudos; y disfraces caracter??sticos: el Oso Carolina (hombre disfrazado de oso que era llevado, cadena mediante, por el domador), payasos (llamados tonis), arlequines, pierrots, etc??tera.

A partir de este conjunto de incorporaciones, la murga, que hab??a comenzado como la forma de agrupaci??n carnavalera m??s libre en cuanto los componentes que inclu??a, se fue especializando y culmin?? en los centros murga de fines de los a??os ’40. La murga de la d??cada del ’50, entonces, extrae de las agrupaciones de carnaval de las d??cadas anteriores, una cantidad de s??mbolos y formas: selecciona del pasado un conjunto de componentes y con estos crea una nueva forma que, en pocos a??os, se va a estandarizar. Es posible pensar este proceso que vive la murga en esos a??os (las dos presidencias de Per??n) desde el concepto de tradici??n selectiva, de Raymond Williams. Para Williams la tradici??n debe entenderse como un proceso de tradici??n selectiva, como ???una versi??n intencionalmente selectiva de un pasado configurativo y de un presente preconfigurado, que resulta entonces poderosamente operativo dentro del proceso de definici??n e identificaci??n cultural y social???. El tipo de murga de la d??cada del ’50, el Centro Murga, sufrir??, como dije ya, un proceso de fuerte estandarizaci??n que culminar??, en las ??ltimas d??cadas del siglo XX, en que muchos la adopten como sin??nimo de murga.

El cambio m??s importante que introduce la murga por esos a??os es tomar al barrio como factor fuertemente identitario. Esto se ve reflejado, nuevamente, en los nombres: ???Los Mocosos de Liniers???, ???Los Viciosos de Almagro???, ???Los Chiflados de Almagro???, ???Los pecosos de Chacarita???, ???Los Curdelas de Saavedra???, ???Los Linyeras de La Boca???, ???Los Cometas de Boedo???, ???Los Locos del Spinetto???, etc??tera.

Nucleadas a partir del barrio las murgas ir??n seleccionando componentes del pasado. Los trajes, en este caso las levitas, continuaron siendo un s??mbolo de identidad, reforzado en este caso por los colores que caracterizaban a cada murga. Barrio, nombre y colores son los tres fuertes factores de identidad de las murgas. Cada barrio crear?? un estilo de baile y un ???toque??? r??tmico particular. Este es otro de los elementos a tener en cuenta al hablar de identidad. A partir de esta serie de elementos se puede decir que se construy?? una suerte de nacionalismo barrial murguero, que se iba a ligar con el nacionalismo barrial futbolero y que iba a ser caracter??stico de los Centros Murga entre los a??os ’70 y ’80.

Resumiendo, las caracter??sticas del Centro Murga ser??an las siguientes: a) nombre con dos componentes: el primero, el plural de un adjetivo sustantivado, relacionado con el carnaval o directamente picaresco, y el segundo, el nombre del barrio de pertenencia (por ejemplo, Los Viciosos de Almagro); b) colores (dos) elegidos para la confecci??n de los trajes, las banderas y el estandarte; c) el bombo con platillo como instrumento casi ??nico, dejando de lado los instrumentos de viento, cuerda o fuelle que compon??an la orquesta de otras agrupaciones; d) ciertos pasos y ciertos ritmos particulares para cada barrio; e) una forma est??ndar para la presentaci??n de la murga en los corsos o teatros, que comprend??a: un desfile de entrada (parodia de desfile de banda o militar), una canci??n de presentaci??n muy alegre (donde se contaban las caracter??sticas de la murga y se promet??a diversi??n), una o dos canciones llamadas cr??ticas (en donde se parodiaba o criticaba con doble sentido la situaci??n pol??tica o a personajes (artistas, pol??ticos, deportistas) o hechos del dominio p??blico), una canci??n de despedida o retirada (en donde la murga saludaba y promet??a volver el siguiente carnaval) y un desfile de retirada en donde los bailarines y bombistas demostraban sus destrezas; f) un presentador quien, a trav??s de glosas y recitados, va presentando cada una de las partes de la actuaci??n; g) estaba integrada por una cantidad que oscilaba entre cincuenta y ciento veinte personas; h) durante los primeros a??os, de los cuarenta a los que me estoy refiriendo, la murga estaba integrada s??lo por hombres; con el correr de los a??os fueron incluy??ndose mujeres, pero siempre en roles marginales.

La fiesta se pod??a apreciar en la forma y en la tem??tica de las letras de las murgas. Se continu?? parodiando canciones populares y el contenido siempre gir?? en torno a la cr??tica al gobierno de turno:

La savora te da gusto y del gusto voy a hablar
Salimos de las tinieblas, fuimos a la oscuridad.
Hoy te aumentan un diez por ciento

Eso s?? que est?? muy bien,
Y te subieron la papa, la az??car y el keros??n. Ciertos autores de cr??ticas iban agregando estrofas a las canciones conforme iban surgiendo noticias sobre la marcha del gobierno, noche a noche durante el carnaval. En esta cuesti??n la murga continu?? siendo una suerte de vocero period??stico popular durante mucho tiempo. A la par de la cr??tica art??stica, hubo murgas que centraban sus letras en criticar a artistas del espect??culo o de la televisi??n, dejando de lado la cr??tica pol??tica. Esta ??ltima, igualmente, estaba ligada, a veces, con la picard??a y con lo ???atorrante???. A modo de ejemplo, cito una estrofa:

???Pronto habr?? elecciones y de eso voy a hablar
ni un domingo a la ma??ana te dejan apoliyar
yo ya tengo mi binomio y es seguro que afanamos
Artigas de presidente y de vice a Leguizamo??? .

Muy recordada, se puede mencionar una cr??tica compuesta con una mirada m??s comprometida con lo social. Fue realizada con motivo de la resistencia ante la venta del frigor??fico Lisandro de la Torre en 1959:

Hace muy poco en Buenos Aires ocurri??
Un gran suceso de motivo popular
Manos traidoras quisieron entregar
El frigor??fico, riqueza nacional.
Pero este pueblo que justicia sabe hacer
Con valent??a lo que es suyo defendi??
Y ante las fuerzas luego tuvo que ceder
Cuando los tanques del gobierno lo arroll??.

Ocurre lo mismo con una canci??n de homenaje a Eva Per??n:

Pido a este p??blico un minuto de atenci??n
Recordaremos a Evita con amor
La capitana de los pobres siempre dio
Toda su vida luchando por la naci??n.
Porque Evita luch?? siempre,
Nos dio fuerzas pa’ luchar,
Y este pueblo agradecido
Nunca se lo va a olvidar???

Pero la murga de esas d??cadas, reproduciendo lo que ocurr??a con respecto al rol de la mujer en su interior y en la sociedad, tambi??n cantaba canciones de fuerte machismo, tema muy caro al porte??o. Un estribillo famoso coreaba:

Bueno, bueno, que bueno requetebueno
Esta noche a las muchachas de Boedo criticaremos.
Bueno, bueno.

A esto debemos agregar las canciones picarescas en s??, que tambi??n eran incluidas dentro de las cr??ticas. Eran canciones humor??sticas con una finalidad muy clara: la risa, la parodia, la humorada, el doble sentido, la carcajada ante lo obsceno; sin componentes cr??ticos o pol??ticos expl??citos, m??s all?? de que la sola menci??n de algunas palabras puede ser visto como una trasgresi??n a las leyes sociales:

Mi hermano ten??a un poncho
Que lo usaba en carnaval
Y la murga los chiflados
Esto van a criticar.
Fueron hasta el cabaret
Cuatro murgueros de juerga
Como no ten??an manteca
Al techo tiraban mi hermano ten??a un poncho???

Y otra:

Cuando vine al mundo mi mam??
Me regal?? un pajarito negro
Que es igual al que tiene mi pap??
Y es parecido al que tiene mi abuelo.
El p??jaro de mi abuelo
Que alguna vez bien cant??
Lo tiene bien guardadito
Porque muy bien se port??.
Mas mi abuela sigue atenta
Pues en m??s de una ocasi??n
Inspirado en el recuerdo
Un buen cantito le hech??.

La ??ltima prohibici??n y la crisis
Desde la Revoluci??n Libertadora en adelante, los sucesivos gobiernos militares intentaron controlar la fiesta de carnaval. Se encontraban con el inconveniente de que el carnaval se hab??a extendido a otras pr??cticas, m??s all?? de los corsos. En los clubes de barrio y luego en clubes m??s grandes (Boca Juniors, River, V??lez, Comunicaciones) se empezaron a realizar bailes de carnaval (8 grandes bailes 8), con gran asistencia de p??blico, en los que actuaban orquestas de jazz, de tango y de m??sica tropical. Ingresaron, entonces, al ???mundo??? del carnaval las empresas discogr??ficas y la publicidad, y el carnaval sigui??. Lo que s?? pudo controlar la Libertadora fue el uso de disfraces en los corsos; para demostrar que detr??s de una m??scara no se escond??a un ladr??n hab??a que sacar un permiso en la comisar??a m??s cercana. Esta preceptiva, que era un edicto policial vigente, tom?? mayor fuerza por esos a??os. Cabe aclarar que el edicto policial reci??n fue anulado hace pocos a??os a trav??s de la promulgaci??n del C??digo de Convivencia Urbano. Tanto espectadores como artistas del carnaval siguieron sufriendo controles y prohibiciones seg??n el gobierno o la dictadura que gobernase, lo que provoc?? el comienzo de la declinaci??n de la fiesta.

Llegado el a??o 1976, la ??ltima dictadura militar, mediante un decreto, anul?? los feriados de carnaval. Cabe aclarar que hasta ese momento el lunes y el martes de carnaval hab??an sido feriados nacionales, y sin feriados y en medio del terror en que se viv??a la fiesta del carnaval termin?? su declive. Corsos hubo hasta 1981, pero a las murgas se les complicaba mucho la realizaci??n de su espect??culo. Sin los feriados hab??a menos d??as para actuar y el control sobre las letras imped??a la expresi??n: era imposible la cr??tica pol??tica, m??s all?? de alguna cr??tica velada al ministro de econom??a; la cr??tica picaresca se compon??a en doble o ???triple??? sentido y sin malas palabras u obscenidades. Muchas murgas dejaron de presentarse y en los ??ltimos tres a??os de la dictadura (’81, ’82, ’83) no se present?? ninguna en la ciudad.

El ansiado retorno de la democracia, sin embargo, no trajo consigo una r??pida recuperaci??n del esp??ritu festivo. Habr?? que esperar algunos a??os hasta que a fines de los ’80 la gente por fin vuelva a ver en la pr??ctica del carnaval un hecho social y cultural superador del miedo, sin que ello implique la negaci??n del dolor ni de la memoria.

En este contexto de lenta recuperaci??n, en 1997 el ex Concejo Deliberante de la Ciudad de Buenos Aires sanciona la Ordenanza N?? 52.039, por la cual ???se declara patrimonio cultural la actividad que desarrollan las agrupaciones de carnaval??? y se faculta al Gobierno de la Ciudad a ???propiciar las medidas pertinentes para que las mismas puedan prepararse, ensayar y actuar durante todo el a??o en predios municipales que puedan adaptarse a tales fines o bien a gestionar espacios en clubes y sociedades de fomento cuando las circunstancias as?? lo requieran??? (cf. Ord. N?? 52.039/97).

Esta misma normativa pone en manos del Gobierno la responsabilidad de promover la organizaci??n de corsos en los barrios, estableciendo en la Secretar??a de Cultura el ??mbito de la coordinaci??n con las entidades intermedias y en esta misma Secretar??a y la de Promoci??n Social la articulaci??n de pol??ticas sociales integrales que sean afines a sus objetivos: campa??as de integraci??n educativa y cultural, alfabetizaci??n, asistencia en recursos de salud, alimentaci??n, vivienda, trabajo, etc.

El art??culo 7?? de esa ordenanza establece la creaci??n de la Comisi??n de Carnaval, integrada por un representante de la Secretar??a de Cultura del Gobierno de la Ciudad, un representante de la Comisi??n de Cultura del Concejo Deliberante (hoy Legislatura) y dos representantes titulares y suplentes de las agrupaciones de carnaval, todos ellos designados ad honorem. A esta comisi??n se le atribuye la responsabilidad de acordar las pol??ticas tendientes a dar cumplimiento a lo establecido en esa ordenanza y en la N?? 51.203/96 que instituye el llamado ???Festival de Candombe y Murga??? en la ciudad de Buenos Aires.

Si bien este reconocimiento oficial marca un hito en la cr??nica de la evoluci??n de los festejos de carnaval en cuanto a su repercusi??n en algunos sectores de la sociedad porte??a, hay que decir que en la actualidad no est??n ausentes los reclamos vecinales por las molestias que el desarrollo de esta actividad provoca, especialmente en algunas zonas de la ciudad. Es la Comisi??n de Carnaval el ??mbito de resoluci??n de estos conflictos, la cual pone por encima de cualquier inter??s sectorial, la b??squeda de una convivencia sana y arm??nica entre vecinos. Tambi??n esta Comisi??n administra la provisi??n de permisos de ensayo para las agrupaciones, lleva un registro oficial de las murgas existentes y de sus caracter??sticas de identificaci??n, organiza concursos y talleres tendientes a un perfeccionamiento cada vez mayor del nivel est??tico de sus presentaciones art??sticas, y coordina los distintos aspectos involucrados con la realizaci??n de los corsos de la Ciudad.

El d??a 24 de Junio de 2004 la Legislatura Porte??a aprob?? la Ley N??1322 que declara d??as no laborables los d??as Lunes y Martes de Carnaval. Un paso adelante para reestablecer aquellos carnavales que nuestros abuelos supieron disfrutar, donde se viv??a la fiesta popular en toda su dimensi??n.

En funci??n de esto ??ltimo, en el mismo a??o y mediante la Ley 1527 se aprueba la creaci??n del Programa Carnaval Porte??o dependiente de la Direcci??n General de Festivales y Eventos Centrales que tiene como uno de sus objetivos generar el impulso de las acciones positivas que el Gobierno de la Ciudad propicie con vistas al desarrollo de la comunidad del Carnaval, como ser emprendimientos productivos, sociales y culturales que potencien la acci??n de las agrupaciones de Carnaval, campa??as de prevenci??n de enfermedades, de difusi??n de propuestas contra la discriminaci??n o la violencia, etc.