Hay algunos inventos de co cotidiano que pueden cambiar la vida a largo plazo. Este es uno de ellos. Se trata de un producto para solidificar el aceite de cocina y evitar la contaminación que se genera cuando es desechado en las cañerías.
El joven Martín Brochiero de sólo 25 años creo un producto que puede salvarnos a largo plazo. Se trata de Ecofrit, un novedoso producto que busca evitar la contaminación del agua provocada por el desecho de aceite vegetal usado.
“Creo que todos nos criamos escuchando a nuestras abuelas decir que no había que tirar el aceite de cocina usado en las cañerías porque, además de taparlas, contamina el agua. Todo nació como respuesta a esa problemática”, narra Martín.“Ecofrit nació como un proyecto para salvar el agua entre todos”, explica.
El joven fue seleccionado por el Ministerio de Desarrollo Económico y Producción de la Ciudad como uno de los emprendedores del año 2022.
La búsqueda lo obligó a combinar su pasión por emprender, que a su corta edad ya había aplicado en el desarrollo de un exitoso servicio de catering y una distribuidora de vinos, con los conocimientos básicos de química que adquirió trabajando en el negocio familiar, dedicado a la venta de productos para el agro.
El resultado de la investigación, realizada con la colaboración de profesionales del Instituto Nacional de Tecnología Industrial, fue Ecofrit.
“Son escamas de origen 100% vegetal que, al mezclarlas con el aceite de cocina usado, lo solidifican. Eso permite que el desecho sea de fácil traslado, ya que no se necesitan camiones ni bombas cisterna para transportarlo”, resume el emprendedor en su oficina del barrio porteño de Palermo.
Una vez solidificado, el aceite puede ser arrojado a la basura para que termine en un relleno sanitario, donde se degradará a los seis meses sin filtrarse a las napas, compostarse para transformarse en tierra o usarse como materia prima para la fabricación de velas.
Además, el producto puede utilizarse para impulsar el proceso de degradación de biodigestores para producir biogás, aumentando por diez la productividad. Ese biocombustible puede utilizarse para alimentar estufas y cocinas.
Como parte del camino para desarrollar su proyecto, Martín pasó por IncuBAte, una iniciativa del Ministerio de Desarrollo Económico y Producción de la Ciudad que asocia a los emprendedores con un mentor y con una institución específicamente designados para ellos.
“Fue una experiencia muy buena, porque hay gente que te escucha. Siempre, cuando uno tiene una idea, piensa en no contarla, pero descubrí que compartirla te permite sumar herramientas. En nuestro caso, tuvimos un mentor que nos ayudó un montón en cómo presentar el proyecto. Es importante porque eso es lo que le queda a la gente”, remarca el estudiante de la Universidad Católica Argentina (UCA).
El crecimiento de Ecofrit tuvo un reconocimiento especial a finales del año pasado, cuando el proyecto fue premiado en el concurso Startup del año 2022, organizado por la Subsecretaría de Cooperación para el Desarrollo Económico y la Producción de la Ciudad.
Martín recibió un millón de pesos para continuar con el desarrollo del producto y pudo presentarlo durante la Cumbre de Alcaldes de C40, que se realizó en Buenos Aires, donde se trataron las problemáticas referidas al medio ambiente.
“Lo más valioso de la experiencia, más allá del reconocimiento económico, fue la visibilización y la repercusión que tuvo el producto a partir de ese momento. Después del evento, se acercaron como 200 personas a hablarnos. Querían saber el costo del producto y dónde se podía conseguir”, explica el emprendedor, que sumó a su equipo a Gustavo Giugale como co-CEO y a Patricio Fedio, como presidente del directorio.
Por esa razón, su desarrollo se centró en una solución económica para tratar de forma sencilla un desecho que se puede encontrar en cualquier hogar -con un consumo a nivel país de 120 millones de litros de aceite vegetal por año- y que tiene un alto impacto en el medio ambiente, ya que cada litro de aceite contamina mil litros de agua.
Actualmente, su trabajo se centra en bajar los costos para poder comercializar el producto lo antes posible.
“Queremos que el reciclaje no sea algo de elite. Ecofrit ya está incluido en el plan 2023 de los municipios bonaerenses de Tres de Febrero y Trenque Lauquen, y en Colonia Vignaud (Córdoba). El objetivo es involucrar a los vecinos con una campaña de concientización ambiental y generar biogás para alimentar la calefacción de escuelas”, cuenta.
Además, el emprendedor está trabajando con una ONG que utiliza la cera solidificada como para materia prima para la fabricación de velas que luego comercializan.