La diputada porte??a Marta Mart??nez opina sobre la sociedad patriarcal y las consecuencias de la pandemia sobre las mujeres.
A continuaci??n el an??lisis de?? Marta Mart??nez (diputada CABA de AyL):
«En una sociedad patriarcal, como la nuestra y la de todo el mundo, las crisis las pagan m??s profundamente las mujeres. Crisis econ??micas que afectan a la mujer feminizando la pobreza y crisis sanitarias que le suman m??s cercenamiento de derechos sexuales, reproductivos y no reproductivos, as?? como mayor exposici??n ante situaciones de violencia.
La crisis econ??mica en la que se encontraba nuestro pa??s fue profundizada por la pandemia del COVID-19 lo que traer?? como consecuencia algo peor que esperar para quienes viven de ingresos fijos, ya precarizados, con trabajos informales, as?? como monotributistas y aut??nomos. Toda la clase trabajadora se perjudicar?? de las consecuencias de la pandemia del coronavirus si no logramos, como pueblo, que la medida inmediata de la dirigencia pol??tica sea sacar de las ganancias de las empresas y bancos que se la llevaron en pala todos estos a??os lo necesario para superar la pandemia otorgando todo lo que no se ha dado hasta ahora al sistema de salud y lxs trabajadorxs. As?? como no pagar la deuda externa, ni hoy ni dentro de tres a??os se debe pagar la deuda ileg??tima y fraudulenta, pagarla conlleva al ajuste de la poblaci??n trabajadora que ser?? aun peor despu??s de la pandemia.
Pero en esta crisis tambi??n las que se ven m??s perjudicadas, no en t??rminos de ???a qui??n enferma m??s el virus???, sino quienes correr??n con mayor precarizaci??n en su trabajo y su vida son las mujeres. Las mujeres, en una sociedad patriarcal, tenemos reservados ciertos espacios de trabajo remunerado como los de cuidado a terceros (a trav??s de las profesiones como enfermer??a por ejemplo) as?? como las tareas de limpieza, tareas de cocina y cuidado de ni??xs, trabajos que tienen que ver con lo emocional ???caracter??stica propia de la mujer en la cultura patriarcal-. En primer lugar debemos decir que la gran mayor??a de quienes se desempe??an como profesionales de la salud son mujeres, las enfermeras, y son ellas quienes se encuentran en la primera l??nea de combate al virus. Ese trabajo lo deben llevar adelante con un ingreso bajo lo que las obliga a realizar sus tareas en varios hospitales para llegar a fin de mes. El extenuante trabajo frente a una pandemia y en condiciones de desinversi??n sanitaria las obliga a someterse a una sobre-exigencia laboral muy elevada a lo que se le suman los cuidados de su propia familia. Pero quienes no se encuentran en el ??rea de la salud tambi??n ven m??s precarizada su vida dado que las tareas que realizan las mujeres, sobre todo las de cuidado, tienen la condici??n de ser presenciales, son f??cilmente reemplazables si una mujer debe ???quedarse en casa??? y generalmente se encuentran en negro ???el 75% de las trabajadoras dom??sticas en nuestro pa??s se encuentran en esta condici??n-. Esto, en ??pocas de aislamiento social provoca que sean las mujeres las primeras que se queden sin ingresos y sin posibilidad de trabajo. A lo que se suma la responsabilidad en las tareas de cuidado dom??stico, la presi??n ante la disminuci??n del ingreso para alimentarse y todas aquellas consecuencias que viven los hogares de lxs trabajadorxs cuyas vidas estaban ya precarizadas.
A esta situaci??n de p??rdida del empleo o precarizaci??n laboral hay que sumarle la ???obligaci??n de quedarse en casa??? ???como medida preventiva ante la pandemia- de las mujeres que sufren violencia de g??nero. Es decir, aquellas mujeres que se ven obligadas a convivir con su agresor las 24hs del d??a. Una situaci??n terrible por la que pasan muchas mujeres cuyas parejas se encuentran bien comprometidos con la cultura patriarcal: deslegitiman la identidad femenina y sus labores cotidianas, se representan a s?? mismos como seres jer??rquicamente superiores y muchas veces ejercen violencia f??sica para reafirmarse como machos. Esta situaci??n, que viven las mujeres en tiempos en los que no se atraviesan pandemias se agudizan, as?? como se potencian con condiciones de vida precarizadas, hacinamiento y falta de herramientas para salir de ese c??rculo violento. En este marco, la dirigencia pol??tica de nuestro pa??s -reuniones del presidente con los gobernadores- se junta para discutir sobre la deuda externa pero no hay nada respecto de las profundas situaciones de violencia que sufren las mujeres, ni siquiera aparece la Ministra de mujeres, g??neros y diversidad. Las llamadas para la atenci??n de la violencia de g??nero aumentaron en un 39% y es evidente que a los canales de comunicaci??n hay que sumarle soluciones para terminar con la urgente situaci??n de violencia que vive cada mujer que acude a la l??nea. El brutal ascenso de los femicidios no solamente muestra la urgencia con la que debemos actuar para decir basta sino tambi??n la necesidad de cambios de fondo, culturales y econ??micos, para terminar con un flagelo como este debemos derrotar al sistema patriarcal y capitalista. Tenemos que potenciar el grito de la rebeli??n de mujeres y decir BASTA DE FEMICIDIOS YA!
La restricci??n en el acceso a derechos contin??a y se profundiza en tiempos de pandemia. Las mujeres se ven afectadas en sus derechos reproductivos y no reproductivos. Por un lado, los insumos que compramos las mujeres tienen siempre un ???impuesto rosa??? es decir que pueden ser productos que tambi??n usen los hombres pero si ???tiene imagen femenina??? se cobrar?? m??s caro (desodorante 56% m??s si es para la mujer, por ejemplo), y a ello hay que sumarle los productos que se utilizan durante los ciclos menstruales. Es decir que a la falta de ingresos y costos de alimentaci??n hay que sumarle los costos de vida propios de las mujeres, todo en el marco de disminuci??n o falta de ingresos.
Pero la cara m??s patriarcal del Estado se ve cuando hablamos de los derechos sexuales y no reproductivos de las mujeres. En tiempos de aislamiento obligatorio se restringe el acceso de las mujeres a anticonceptivos por ejemplo, que nunca fueron de distribuci??n masiva. Al hecho de verse obligada a salir en tiempos de circulaci??n comunitaria del virus hay que agregarle que se debe dar explicaciones sobre el car??cter de la salida. Esto se vuelve aun m??s complejo si hablamos de la interrupci??n de un embarazo no deseado, el poco acceso en hospitales p??blicos hoy se ve m??s obstruido por situaciones de encierro. Pueden declarase esenciales las atenciones a la interrupci??n legal del embarazo pero si no se promueven las herramientas de acceso a ese derecho no hay soluci??n a la problem??tica. Si ya a una mujer le cuesta en tiempos ???normales??? recurrir a un hospital para realizarse una interrupci??n, si una mujer debe pensar en los periplos que implica llegar all?? y dar explicaciones, o en las comisar??as en casos de situaciones de violaci??n, imaginemos lo restringido que est?? hoy en tiempos de pandemia. Claro, que solo podremos imaginarlo porque all?? los embarazos contin??an y no hay estudios que indaguen sobre si lxs hijxs que una mujer cria o criar?? fueron deseadxs o no. Y all?? se encuentra otro de los grandes problemas que el Congreso patriarcal resolvi?? en 2018 ???en contra de todo el movimiento de mujeres- que fue no legalizar el aborto. Las mujeres seguimos en nuestro pa??s, privadas de un derecho democr??tico b??sico, decidir sobre nuestro propio cuerpo. Ello en tiempos de pandemia se agudiza porque los canales de acceso a la interrupci??n voluntaria del embarazo se restringen, quedando no solamente restringida de hecho nuestra libertad sexual sino que podemos hasta pagarlo con nuestra propia vida consecuencia de pr??cticas inseguras. Un informe del Instituto Guttmacher ???organizaci??n que trabaja la tem??tica de aborto- que realiz?? recientemente indica que si el COVID-19 restringiera un 10% el acceso a la atenci??n en salud reproductiva y no reproductiva, el impacto en los pa??ses de ingresos bajos y medios causar??a 3 millones de abortos en condiciones de riesgo. Tan solo con la restricci??n del 10% se calcula, adem??s, que habr??a 15 millones de embarazos no deseados y 28.000 muertes de personas gestantes en el per??odo de un a??o. Se estima que, al mismo tiempo, 49 millones de personas tendr??an obstaculizado su acceso a anticonceptivos modernos.
Esto es apenas una muestra de lo que implica para una mujer transitar una pandemia, desde la restricci??n o falta de salario por su informalidad laboral, la violencia que resulta de la cultura machista que puede terminar en femicidio como hemos visto en estos d??as donde los femicidios y travesticidios superan a la cantidad de d??as de cuarentena y la falta de acceso a aborto legal y las muertes consecuencia de los abortos clandestinos.
Insistimos en que el Gobierno se re??ne con la oposici??n por la deuda y la dirigencia pol??tica ???con reuniones de los Gobernadores con los intendentes o del Jefe de Gobierno con bloques opositores- acuerda sobre c??mo continuar la circulaci??n en tiempos de aislamiento pero no hay nada en relaci??n a las profundas problem??ticas de la mujer, no ha aparecido en ninguna mesa de discusi??n las problem??ticas de las mujeres y disidencias y no aparece la Ministra de la Mujer, g??neros y diversidad para responder a ello.
Debe ser inmediata la resoluci??n para que cualquier mujer que necesite casa y salario para salir de la convivencia y dependencia de su agresor pueda contar con ello de inmediato. No se puede seguir esperando a que ocurran nuevos femicidios, no se puede seguir haciendo o??dos sordos a los gritos de las mujeres en situaci??n de violencia.
Es por ello que se debe poner a disposici??n ya mismo todas las viviendas vac??as con las que se cuentan en el pa??s (en CABA una de cada diez viviendas est?? vac??a) as?? como tambi??n se debe poner de inmediato todos los hoteles del pa??s a disposici??n de las mujeres y disidencias que sufren alg??n tipo de violencia (en el caso en el que el Gobierno haya tomado la decisi??n de alojar all?? a probables contagiados de coronavirus como en CABA debe establecerse que quede libre alguno para albergar a mujeres y disidencias sin que los mismos puedan ser compartidos entre las personas en situaci??n de violencia y los probables contagiados).
Del mismo modo debe garantizarse de forma eficaz la distribuci??n de m??todos anticonceptivos de forma masiva y gratuita as?? como tambi??n el acceso al aborto legal.
La realidad de las mujeres en una sociedad patriarcal no escapa a la pandemia, todas las situaciones de precarizaci??n de nuestra vida se potencian. La rebeli??n de mujeres no para ni se a??sla durante la pandemia, tenemos que seguir en movimiento manifest??ndonos desde y como podamos.
La lucha sigue, tambi??n en tiempos de pandemia.»