As?? lo destacaron especialistas ya que tienen el derecho de concurrir solos a una consulta m??dica y cuentan con servicio especial para ellos.
El derecho legal de los j??venes a concurrir a la consulta m??dica sin ser acompa??ados por un adulto inspir?? en la Ciudad de Buenos Aires un servicio exclusivo para la atenci??n de adolescentes, que «son sujetos tutelares de su propio derecho».
As?? lo afirm?? la brasile??a Carmen Barroso, directora regional de la Federaci??n Internacional de Planificaci??n Familiar.
«La Convenci??n de los Derechos del Ni??o firmada por los pa??ses es muy sabia porque considera a la gente menor de 18 a??os sujetos tutelares de su propio derecho», sostuvo la psic??loga Barroso, tambi??n copresidenta del Panel sobre G??nero y Salud de la Organizaci??n Panamericana de la Salud.
El enfoque ayud?? a gestar el primer centro de atenci??n de la salud exclusivo para adolescentes, Casa FUSA, en Lezica 3902 del porte??o barrio de Almagro, al que podr??n concurrir los j??venes sin el tutelaje de un adulto tal como les reconoce como derecho la ley de Salud Sexual y Procreaci??n Responsable argentina.
Sandra V??zquez, directora ejecutiva de FUSA Asociaci??n Civil y coordinadora desde 1992 del servicio de Adolescencia del Hospital General de Agudos «Cosme Argerich», en La Boca, dijo a T??lam que «la legislaci??n en nuestro pa??s permite que los adolescentes se acerquen solos a cualquier sistema de salud, privado o p??blico».
«Esto muchas veces no se cumple, por eso decimos abiertamente: los adolescentes tienen derecho a ir solos a la consulta y, salvo casos extrem??simos en los que uno deba llamar a un adulto para una internaci??n, se atienden sin necesidad de acompa??amiento», maniest??.
La m??dica enfatiz?? que si el adolescente «tiene la suerte de estar acompa??ado por un adulto de confianza, mucho mejor para ??l».
«Casa FUSA nace de un grupo de profesionales que hace m??s de 25 a??os trabajamos en el sistema p??blico con un modelo de atenci??n integral, desde el servicio de Adolescencia del Hospital Argerich que queremos replicar», cont?? V??zquez, quien integra la Sociedad Argentina de Ginecolog??a Infanto-Juvenil.
V??zquez indic?? que «atendemos a una adolescente m??s all?? de que est?? o no embarazada, la escuchamos, la ayudamos a que tome sus propias decisiones y la acompa??amos en lo que ella decida, guardando el secreto profesional».
Lo que se busca es «que no corra riesgos de salud y est?? todo el sistema sanitario que permite eso, para que no tenga miedo a ser denunciada y que llegue al servicio», enfatiz??.
V??zquez precis?? que, «despu??s de lo que ocurra -sea que llegue al parto, lo d?? en adopci??n o lo interrumpa-, puede tener un m??todo anticonceptivo y no estar de vuelta embarazada en tres meses».
En la Ciudad de Buenos Aires, la informaci??n y la provisi??n de m??todos anticonceptivos es a partir de la edad reproductiva: en el caso de la mujer, la ni??a que tenga su primera menstruaci??n ya puede tener acceso al m??todo; en el caso nacional, a partir de los 14 a??os.
Barroso refiri?? que hay un cambio hist??rico muy importante en lo que es ser adolescente: «La transici??n de la infancia a la madurez era anteriormente mucho m??s r??pida y ahora se extiende mucho».
Esto ocurre «porque las sociedades son m??s complejas, exigen un tiempo m??s largo de formaci??n profesional y tambi??n porque los cambios en la naturaleza de la familia y la urbanizaci??n, acaban por tener una influencia muy grande sobre la libertad de decidir».
Seg??n Barroso, hay semejanzas de los adolescentes en casi todas las culturas y clases sociales respecto a «que est??n buscando un proyecto de vida, afirmarse, descubrirse a s?? mismos, experimentar y aprender de sus propios aciertos y errores lo que les conviene».
De todas maneras, «nuestras sociedades son muy desiguales, y los adolescentes m??s pobres tienen muchas restricciones a su capacidad de ejercer sus derechos», observ??.
«Hay una adolescencia diversa, con adolescentes de clase alta y baja, casadas, solteras, l??sbicas, heterosexuales: hablamos de adolescencia pero hay muchas formas de serlo», observ??.
Barroso cuestion?? la «tentativa de volver al pasado muchas veces idealizado, sin reconocer toda la violencia que tambi??n exist??a antes con los matrimonios precoces que restring??an las posibilidades de desarrollo».
Una caracter??stica de la ??poca es el choque de los j??venes con el mundo del consumo, una parte del cual «significa ampliaci??n y libertad, pero otra parte trae problemas graves por imposici??n de patrones que muchas veces no le son ben??ficos al adolescente».
«Me refiero al consumo de sustancias que hacen mal a la salud, como los alimentos procesados con mucha grasa y sal, que le van a traer problemas por el resto de su vida, o al de refrescos adicionados que lo van a llevar a la obesidad», objet??.
Para contrarrestar esa realidad, «las pol??ticas nacionales tienen que pensar formas de reglamentar la publicidad para que no manipule al adolescente en sus aspiraciones», propuso.
«Yo creo que tenemos la responsabilidad de ayudarlo a pensar bien, para que decida lo que es mejor para su vida; creo que una educaci??n comprensiva que apunte al potencial de desarrollo personal, y muestre lo bueno que es el sexo y tambi??n los riesgos que tiene, lo har?? decidir sobre sus relaciones de una forma bien pensada», concluy??.