San Juan y Boedo antiguo, y todo el cielo, Pompeya y m??s all?? la inundaci??n. Son s??lo recuerdos y frases que rescatan peque??as historias de nuestra ciudad porte??a. Boedo es un pedazo de tango clavado en el coraz??n de Buenos Aires. Un barrio que refleja el reconocimiento al jurisconsulto salte??o Mariano Boedo nacido el 25 de Julio del a??o 1782.
El mismo que fuera Vicepresidente del Congreso de Tucum??n en ??pocas claves y remotas por la lucha de la independencia. Boedo lleva el nombre del profesional que identifica sus calles, pero existen otros barrios que nos conducen a eternas dudas. ??Por qu?? Caballito lleva nombre de un animal en diminutivo? ??Qu?? hace que Caballito se identifique de ese modo? ??Habr??a sido sitio de caballerizas en alguna ??poca? En realidad, este pintoresco lugar fue bautizado as?? inspirado en una pulper??a del a??o 1804 cuando, su due??o Nicol??s Vila, fundaba el local. La veleta ubicada en dicho negocio pose??a forma de caballo peque??o y se encontraba en el alma de la regi??n, precisamente en la Avenida Rivadavia y Emilio Mitre. Luego, se procedi?? a dise??ar una r??plica de la veleta en forma de caballito, en la Plaza Primera Junta, precisamente dise??ada por el escultor Luis Perlotti. Hoy, ??Primera Junta nos espera en Rivadavia al 5400, donde se fusiona el bullicio y la locura de la ciudad. Colectivos innumerables de diferentes l??neas, vendedores ambulantes, ferias, paseantes, familias, estudiantes, jubilados y los viajantes que llegan, se suman a la locura de primera Junta, tambi??n del otro lado del tren, porque en Caballito pasa el metro que divide el barrio. Son pocas las estaciones que vislumbran una faceta distinta de la ciudad como la que muestra Caballito. Al avanzar hacia Avenida Avellaneda brotan peque??as placitas y jardines, cerca de la calle Bacacay o Bogot??, justo donde pasa el tren, y parece una peque??a p??gina de cuentos el cuidado y orgullo que sus vecinos demuestran por esta peque??a ciudad del oeste. Detr??s del pared??n inmenso que parte la l??nea del barrio, (Rivadavia al 5700 y Avellaneda al 1300), podemos encontrar el Club Ferrocarril Oeste, una inmensa mole que separa Caballito en dos, justo con la pasada del tren. Pero este Club tiene su historia porque en Julio de 1904, aquellos empleados del ferrocarril regional , lo fundaban con el prop??sito que sus asociados realizaran deportes. Reci??n, el ??08 de Diciembre (D??a de la virgen) de 1904 se formaliz?? dicha meta y en 1912, circunstancias especiales, hicieron que los empleados ingleses y argentinos de los ferrocarriles se enfrentaran en una disputa encarnizada, lo cual deriv?? en partidos de f??tbol con hinchadas ac??rrimas de ambos lados que se jugaron en El Club Ferrocarril Oeste.
Clubes, subtes, parques y l??neas f??rreas abrazan o atraviesan el barrio, y sus trenes son historia porque el 29 de Agosto de 1857 se inaugur?? La Porte??a, la primera locomotora capitalina que cruz?? Caballito. Era un espect??culo ver dicho transporte desplazarse por la ciudad oeste mientras las mujeres seduc??an a los caballeros en un ir y venir de ??pantorrillas sensuales, bajo largos vestidos de encaje. Hoy, su gente ya no es la misma y el barrio se ha cotizado sobremanera.
En sus largas calles, Caballito se oxigena con el verde de Plaza Irlanda, ubicada en Avenida Gaona y F.J. Segu??. Tambi??n sus vecinos encuentran diversi??n en el conocido Parque Rivadavia, situado en Avenida Rivadavia y Doblas. Este lugar es un verdadero s??mbolo de Caballito. Conrado Nal?? Roxlo fue un devoto visitante del lugar e inspir?? sus mejores poes??as bajo las sombras del conocido omb?? ubicado en el dicho parque. ??Conrado vivi?? entre las calles Florencio Balcarce y la Avenida Rivadavia.
Caballito es un pedazo de historia anclado en la ciudad oeste de la Capital. Sus vecinos orgullosos hacen memoria en su or??gen mientras el peque??o trencito que cruza la Avenida Rivadavia, como distracci??n tur??stica, viaja paralelo al viejo tren que avanza cercano a Bacacay y Yerbal, rumbo a Flores. El deber y el placer se entrelazan para rememorar historias de nuestra ciudad porte??a pero Caballito no pierde su magia pintoresca del ayer y del hoy. Todav??a, ??la veleta de la pulper??a de Don Nicol??s Vila permanece altiva en nuestro presente y en las calles del barrio, pero ya no hay pulper??as. Hay recuerdos, shoppins, turistas ??y gente nueva. Es la historia de una veleta que dio or??gen al nombre de Caballito.