Aquel Buenos Aires de taitas y compadres, el que tal vez tantas veces imaginara esa gran pluma que fue Don Jorge Luis Borges en sus reflexiones orilleras y que tantas veces caminara Williams Morris en su trajinar cotidiano por el barrio de La Boca haciendo decencia y docencia rescatando chicos de la calle para darles formaci??n, educaci??n y futuro. En ese Buenos Aires distinto ???ignoramos si mejor o peor- pero seguramente adaptado a otro momento del frenes?? mundano porte??o, ese Buenos Aires fue el protagoniz?? el vecino creando escuelas, clubes de barrio, bibliotecas o a lo mejor, gastando las suelas del zapato por un urbanismo nuestro.
Una vez m??s se hace trizas la falsa contradicci??n entre modernismo e identidad barrial y de tal forma que el bar La Rep??blica ex Bar Argos en Colegiales donde antes s??lo hab??a billares y el cansancio de sus propietarios acompa??ado del hartazgo del personal, una vez m??s el protagonismo de conjunto del vecino permite unir pasado, presente y futuro en un Buenos Aires pensado desde las necesidades del vecino, no tan s??lo desde las urgencias del mercado.
Esta es la historia pensada desde el vecino, desde el protagonismo de todos y al servicio ???valga la redundancia- de todos.
???La recuperaci??n sorprendi?? hasta a los vecinos, que ya lo ve??an venido abajo. Victoria, la nueva due??a (prefiere no dar su apellido), dice que lo compr?? a fines del a??o pasado, cuando Mercedes Soto ???viuda de uno de los espa??oles que lo manejaron durante m??s de medio siglo??? se cans?? de mantenerlo sola, y cuando todo el barrio ya pensaba que el cartel de venta ???que ofrec??a esa esquina a cambio de 300.000 d??lares para hacer un hostel o un local de tango para turistas??? anticipaba una demolici??n, y luego, posiblemente, la llegada de una torre.
???Dicen los vecinos que este bar es anterior al Normal 5 que est?? ac?? enfrente, y que acaba de cumplir 100 a??os. El mozo que acompa???? siempre a Mercedes me cont?? mil historias: que antes se llam?? Tarz??n, y antes, La Pu??alada. Los ??ltimos due??os vivieron el esplendor: laburaban con las f??bricas, las 24 horas. Pero despu??s se cay?? y la gente dej?? de venir. Cuando lo compr?? no quise cerrarlo y dejar a sus parroquianos sin su cafet??n, y hasta Mercedes me agradeci?? que siguiera adelante; pero es una gran responsabilidad, tambi??n???,comenta Victoria, que lleg?? a Barracas sin experiencia en el rubro gastron??mico, pero confiando en el potencial de la zona.
Es historia que escribieron los hermanos Del Cuadro en Colegiales participando en la construcci??n de la escuela Marcos Sastre en Virrey Loreto entre Freire y Zapiola donde la iniciativa estatal en lugar de decidir desde el microcentro qu?? era lo mejor consultaron a los vecinos que le dieron el lugar indicado.
Esta es la historia de un Buenos Aires distinto donde no se hagan las cosas por el capricho del/los funcionarios de turno y muy por el contrario que hayan di??logo, que haya consensos en la b??squeda de un urbanismo nuestro.
???Como El Progreso, que todav??a sigue intacto en Montes de Oca y California, La Flor mantiene el piso original, mesas y sillas. Tambi??n est??n la vieja barra de madera y los estantes con botellas de Licor Mariposa y ginebra Bols, las persianas de colores, el quiosco con vitrina y hasta la letrina en el ba??o de hombres. Todo reciclado, pero casi intacto, como hace 113 a??os???
Ojala y para terminar los porte??os podamos recuperar aquel Buenos Aires que no fue un invento sino un descubrimiento para construirlo entre todos???